miércoles, 3 de septiembre de 2014

DIA 3 DE SEPTIEMBRE - EL TEMOR DE JEHOVA


"Por cuanto aborrecieron la sabiduría, Y no escogieron el temor de Jehová, ..." Proverbios 1:29

El mundo desde que cayó en pecado a través de Adán y Eva, comenzó a aborrecer la sabiduría. Aquí hablamos de la sabiduría de Dios, de su palabra, de su revelación de salvación por medio de El.

La sabiduría que es necesaria para encontrarse con Dios y no la sabiduría misma en cuanto a conocimiento sobre alguna disciplina de la vida misma.

Y no es de extrañar que el mundo de hoy en día se encuentre de la misma manera. Cada uno hace lo que bien le parece, sin querer sujetarse a leyes ni autoridades, con tal de encontrar libertad, dominio propio, poder y paz existencial.

Dios dice que la sabiduría de este mundo es diabólica, animal, terrenal, porque es la que el diablo enseña para corromper la moral, buenas costumbres y doctrinas cristianas, haciéndole creer a las personas que no necesitan de Dios sino solo de si mismo. 

El proverbio dice que no escogieron el temor de Jehová. No cualquiera teme a Jehová y decide sujetarse a El. El apóstol Juan dice que si no nos sometemos a las autoridades terrenas que vemos, menos nos sujetaremos a Dios que no vemos.

El temor de Jehová es el principio de la sabiduría dice Salomón en su libro. Es el principio de vivir una vida bajo la sombra del Altísimo, recibiendo su savia divina y sus bendiciones eternas en Jesucristo nuestro salvador.

El temerle no es tener miedo a su castigo, sino respetarlo por lo que El es en la creación y en nuestra vida. Amarle, hacer su voluntad, cumplir sus mandatos divinos y servirle con sencillez de corazón.

¿Entonces estamos escogiendo el temor de Jehová, o aborrecemos la sabiduría que viene de El?

ORACIÓN:

Señor Jesús, Glorificado Señor. Te pido que me ayudes a escoger el temor de Jehová y no tener en menos tu sabiduría Señor. Ayúdame a ser ejemplo de obediencia a ti, y no de desobediencia como el mundo pecador me ofrece. Te doy muchas gracias mi Cristo. Amén.

ACCIÓN:

Obedezca el sentir de Dios de presentarse como creyente practicante delante de las autoridades de su trabajo para que puedan acudir a usted cuando la necesidad los arremetiere.

por Marcelo Quiroga, ©2015.

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Repite con nosotros:

Padre y Dios mío, vengo a ti, no puedo más, estoy tan cansado/a, me siento mal, tengo mil problemas, te necesito, ayúdame por favor, creo en tí, aunque no te vea o no te sienta, perdóname por mis pecados, me arrepiento por estar lejos de ti, te pido que me perdones, a través de tu Hijo Jesucristo, lo recibo a él en mi corazón, entra Jesús en mi, tu eres mi salvador, hazme una nueva persona, lléname de tu Espíritu Santo, de tu Palabra, de tu bendición, cámbiame, mejora mi vida, mi familia, mi economía, por favor te lo pido, ten piedad de mi oh Dios, yo te doy gracias, te alabo y te bendigo, y te daré toda la gloria, la honra y la alabanza. Amén.