Este no pareciera ser un versículo que nos lleve a la evangelización personal, pero puede adaptarse igualmente.
Cuando predicamos y asentamos una verdad de Dios, la persona incrédula, tratará de todas formas evadir todo tipo de confrontación y compromiso con la palabra de Dios.
Recordemos que el mundo se encuentra bajo oscuridad, y que todas las personas están, por así decirlo, bajo la nube de satanás. Todas se comportan como si no existiera Dios, y ése es el mundo que el maligno transita. Como si no existiera Dios.
Entonces la evangelización se hace infructuosa y de mucha lucha espiritual, por lo que debemos estar preparados en oración, conocimiento bíblico, consejería, apologética y demás, si es que queremos que la verdad de Dios salga victoriosa.
Por eso como dice el pasaje, no consintamos si los pecadores nos quisieren engañar con sus filosofías, ideologías y mentiras que el enemigo les ponga en su cabeza en ese momento.
Sabemos que tenemos la victoria de Dios y que la lucha está ganada por Cristo Jesús. Procuremos tener la última Palabra y victoriosa para Dios.
Al fin de cuentas somos más que vencedores en Cristo Jesús.
Oración:
Señor Jesús, tu eres el maestro en la evangelización. Señor ayúdame a declarar su santo evangelio con sabiduría y poder, y no dejarme engañar por las asechanzas del enemigo. Amén.
Acción:
Insista en la predicación personal con aquellas personas que le viene hablando de Cristo.
por Marcelo Quiroga, ©2014.
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